Aceite de Palma Sostenible
La producción de Aceite de palma a nivel mundial es uno de los commodities más importantes a nivel mundial por su versatilidad y uso en diferentes sectores industriales, tales como en el de alimentos, productos de higiene, oleo, químicos, entre otros. Esta misma versatilidad ha incrementado el interés en diferentes países ubicados en la zona tropical del planeta para convertirse en productores de aceite de palma, incrementando así también el nivel de competitividad que se presenta en el mercado para alcanzar las ventanas comerciales de los grandes países consumidores de aceite de palma.
Para alcanzar la competitividad en el sector palmicultor, es importante contemplar una serie de variables agronómicas, industriales y controles económicos, además, ser muy estratégicos en el abordaje de temáticas sociales y ambientales. Conjugar las variables y estrategias guían a una operación hacia la producción sostenible de aceite de palma. Estas prácticas de sostenibilidad deben ser verificadas por tercera parte independiente, es decir, buscar una certificación por medio de la cual se valide la evidencia de una producción responsable y sostenible dentro de la operación agroindustrial, la cual sea avalada por entidades correspondientes.
Existen diversas certificaciones en el mercado para el aceite de palma, siendo la norma de “Principios y Criterios para la producción de aceite de palma sostenible” la más aceptada y reconocida para este sector. Esta norma depende de la Mesa Redonda de Aceite de Palma Sostenible, -RSPO- en sus siglas en inglés. La RSPO nace en el 2005, como una iniciativa de los grandes productores y usuarios de aceite de palma, para promover las mejores prácticas en el sector y busca que todos los productores la adopten dentro de sus operaciones. Esta es una norma voluntaria y demuestra el interés y compromiso de las empresas, que la aplican con las prácticas sostenibles en el sector palmicultor.
Desde su creación, han existido varias versiones de la norma RSPO, siendo estos cambios necesarios para incluir más y mayores requisitos a los productores y toda la cadena de suministro del aceite de palma. La última versión fue publicada en 2018 y es la que actualmente se evalúa en las operaciones agroindustriales. Cada país debe realizar una Interpretación Nacional, para facilitar la comprensión y permita documentar de mejor manera la evidencia de cumplimiento de los requisitos de los principios y criterios.
La norma RSPO para la producción de aceite de palma sostenible versión 2018, se basa en tres grandes ejes de trabajo: Prosperidad, Personas y Planeta y cada eje está compuesto de perspectivas críticas que son obligatorias en el cumplimiento al ciento por ciento, además de los criterios menores los cuales debe darse complimiento a un porcentaje determinado en la norma.
El eje Prosperidad aborda temática de gobernanza, productividad y genera las bases para un sistema de gestión de la producción sostenible, competitivo y resiliente desde el punto de vista administrativo. En materia de Personas tiene como objetivo el generar medios de vida sostenibles respetando los derechos laborales y derechos humanos de trabajadores y comunidades vecinas a las operaciones. En el ámbito de Planeta, se promueve el uso racional de los recursos naturales, buscando la mayor productividad por unidad de área en la producción agrícola, la eficiencia en los procesos industriales y la protección, mejora y conservación de ecosistemas dentro de las operaciones.
Es importante resaltar que para la implementación y correcta aplicación de la norma RSPO, es necesario estructurar un sistema de gestión de procedimientos operativos estándar que orienten a todo nivel de las operaciones a cumplir los Principios y Criterios de la norma, que faciliten la documentación de verificadores de cumplimiento, así como también, guíen en los procesos de capacitación de todo el personal en la visión de la empresa con el compromiso de la producción sostenible de aceite de palma.
En general esta norma busca que todos los productores comprometidos con la producción sostenible de aceite de palma, estandaricen sus prácticas a lo largo de toda la cadena de valor, así como requerimientos que muchas veces exceden la legislación de los países productores, pero que es un reto ante el compromiso de ser sostenibles.